Objetivo:¬† Determinar si la mayor fecundidad y el menor uso de anticonceptivos entre los segmentos más pobres de la sociedad deben considerarse una desigualdad, que refleja un mayor deseo de familias numerosas entre los pobres, o una inequidad, producto de que los pobres no pueden alcanzar su fecundidad deseada en el mismo grado que los segmentos más ricos de la sociedad.¬†.
Métodos:¬†Usando las Encuestas Demográficas y de Salud más recientes de 41 países, se analizaron las diferencias en la fecundidad a la luz del uso de anticonceptivos modernos, la fecundidad no deseada (definida como la fecundidad real por encima de la fecundidad deseada) y la disponibilidad de servicios de planificación familiar encontradas entre los segmentos más pobres y más ricos de la sociedad. Se utilizó el índice de activos de cada encuesta para construir quintiles de riqueza y se halló el índice de concentración (IC) de la desigualdad de ingresos en las variables sanitarias.
Hallazgos:¬†La relación entre el IC hallado en la tasa global de fecundidad y el uso de anticonceptivos fue lineal, R-cuadrado de 0,289. Los nacimientos no deseados en el quintil más pobre fueron más del doble de los encontrados en el quintil más rico, respectivamente 1,2 y 0,5, aunque hubo una gran variación entre los 41 países. El IC en nuestra medida de disponibilidad de planificación familiar (mensajes de radio, conocimiento de los servicios y contacto con trabajadores sobre el terreno) se asoció positivamente en gran medida con el IC en la prevalencia de anticonceptivos modernos, respectivamente R-cuadrados de 0,392, 0,692 y 0,526.
Conclusiones: En muchos países, la mayor fecundidad y el menor uso de anticonceptivos entre las poblaciones más pobres en comparación con las más ricas debería considerarse una desigualdad.